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«El Código Da Vinci»: 5 datos históricos que son completamente falsos (y 5 verdaderos)

El Código Da Vinci de Dan Brown es uno de los libros más extraordinarios de los últimos años, pero también es uno de los más controversiales. Con el estreno de su adaptación al cine en el año 2006, la polémica se multiplicó por dos: la película fue un éxito de taquilla y el libro se agotó en todas las librerías.

A lo largo de su historia, en la que seguimos al profesor de simbología Robert Langdon mientras resuelve un misterioso asesinato en el Louvre, el libro nos ofrece varios datos históricos, algunos fehacientes y otros totalmente ficticios (desde algunos inventados por el propio autor hasta teorías que fueron desacreditadas varios años antes de la publicación del libro). Lo que lo hace más chocante, es que antes de comenzar el primer capítulo, incluso antes del prólogo, la novela tiene un mensaje que dice «todas las descripciones de obras de arte, edificios, documentos y rituales secretos que aparecen en esta novela son veraces».

Robert Langdom (Tom Hanks) y Sophie Neveu (Audrey Tautou) en la adaptación fílmica del libro.

Ya sea que los haya cambiado adrede en nombre de la ficción o no (para que puedan coincidir con la historia), la novela ha sido muy criticada por historiadores, científicos, e incluso por la Iglesia Católica, que es la más atacada en el libro. Aún así no podemos dejar de rescatar ciertas lecciones de historia que nos ofrece Brown (como tampoco podemos dejarle pasar varias de sus «errores»).

10- La Iglesia Saint-Sulpice se construyó sobre las ruinas de un antiguo templo de la diosa Isis.

Falso. La iglesia donde el albino Silas va a buscar el secreto que le va a indicar dónde se esconde el Santo Grial no fue construida sobre ningún templo, según la evidencia arqueológica. Aunque era bastante común que las iglesias fueran construidas sobre templos.

9- Algunos miembros del Opus Dei usan un cilicio en el muslo y practican la autoflagelación.

Verdadero. El propio Opus Dei, la prelatura personal de la Iglesia Católica, lo confirma en su página web (opusdei.org), aunque la autoflagelación y el uso del cilicio, un cinturón de cuero con púas que se ata al muslo durante unas horas (para recordarles el sufrimiento de Cristo y frenar los deseos de la carne) lo practica una minoría.

La autoflagelación no es obligatoria ni se practica con una soga anudada (como dice el libro), sino que, quienes eligen realizarlo, lo hacen con una más pequeña que cabe en la mano. Afirman que «Ningún ex miembro numerario le dijo a ODAN en sus 14 años de existencia que estaban obligados a usar el cilicio y la disciplina».

8- Originalmente, el tarot se diseñó como un medio secreto para transmitir ideologías prohibidas por la Iglesia.

Falso. El tarot era desde sus inicios un simple juego de cartas. Más tarde desarrolló usos esotéricos relacionados al misticismo, la adivinación, la alquimia y rituales mágicos (pero nunca ideologías).

7- El número phi, la Proporción Divina, es fundamental en la naturaleza y el arte.

Verdadero. El número phi (Φ), que equivale a 1.618, tiene muchos nombres, pero el más común es el de «Proporción Divina» (no confundirlo con el número pi). Fue descubierto en la Antigüedad, donde se descubrió que su valor equivale a la proporción entre dos segmentos de una recta. Esto podemos aplicarlo a distintas áreas, como la matemática, el arte, la arquitectura, la biología… ¡incluso en el cuerpo humano!

Las distancias entre nuestro cuerpo son proporcionales entre sí. Si dividimos la longitud de nuestra pierna por nuestro muslo, el brazo por el antebrazo, y un sinfín de etcéteras, el valor siempre será phi = 1.618.

6- El exterminio de los templarios ocurrió el viernes 13 de octubre de 1307. De ahí surge el «viernes 13».

Falso. Es cierto lo que ocurrió en la fecha mencionada: el Papa Clemente, por pedido del rey Felipe IV, arrestó, juzgó por herejía y torturó a miles de templarios; algunos de ellos huyeron o se unieron a los Caballeros Hospitalarios. También se sostiene que, luego de las Cruzadas, los templarios eran tan ricos que se volvieron usureros incluso del rey Felipe, que se endeudó con ellos; de ahí que los haya mandado a exterminar.

Pero el origen del «viernes 13» como superstición no tiene nada que ver con este evento, sino con el cristianismo que desconfía del viernes y del 13. Todo empieza con la Última Cena, en la que participaron 13 personas (Jesús y sus doce apóstoles; Judas fue el último en llegar), y sigue con la crufixión de Jesús que fue un viernes. Además, algunos teólogos sostienen que Adán y Eva comieron del fruto prohibido un viernes y que el Gran Diluvio comenzó un viernes.

5- Sangreal es una palabra antigua que se convirtió en Santo Grial.

Verdadero. También se escribía «Sangraal». Era una palabra del inglés antiguo, donde san significaba «santo» y graal significaba «cuenco o plato». Con el tiempo, la palabra se dividió en dos, quedando como sang real, que significa «sangre real», y con esto, se empezó a extender la leyenda del Santo Grial concebido como un cáliz en vez de como un cuenco o un plato.

4-El Priorato de Sión es una sociedad secreta que adoraba a la diosa pagana.

Falso. El Priorato de Sión, los que en la novela tienen la misión de preservar el linaje de sangre de Jesucristo, es un fraude muy conocido del siglo XX que además no tenía nada que ver con la adoración a la diosa. Todos los historiadores lo descartan como un engaño.

3- La imagen del diablo con cuernos surgió cuando la Iglesia refomuló al dios de la fertilidad como símbolo del mal.

Verdadero. La Iglesia enseñó que todos los dioses paganos (no solo los dioses de la fertilidad) eran demonios, y la iconografía de los cuernos y la cola probablemente fuera tomada de los dioses con cuernos. Para saber más sobre la creencia en los demonios, léase El origen de Satanás de Elaine Pagel .

2- Jesús estaba casado con María Magdalena y tuvieron descendencia. Todo está comprobado históricamente.

Falso (perdón, Sophie). En ninguna fuente religiosa o gnósticas se hace referencia a que Jesús estuviera casado. Es cierto que el matrimonio es muy valorado en el judaísmo, pero el celibato era algo común entre los apocalipticistas judíos, donde probablemente pertenecía Jesús.

Tampoco ningún historiador apoyó la teoría de que Jesús tuviera hijos, por lo que Sophie Neveu en la realidad no podría descender del Mesías (aunque en la historia funciona bastante bien). El personaje de Teabing menciona libros reales como La revelación templariaLa mujer con la jarra de alabastro, La diosa de los Evangelios y Sangre santa, Santo Grial que apoyan esa teoría, pero no fueron escritos por historiadores o académicos profesionales.

1- María Magdalena no era prostituta, pero esa idea se asumió durante siglos.

Verdadero, aunque en el libro se explique que todo era un plan de la Iglesia para difamarla y ocultar que estaba casada con Jesús y que él era un simple mortal. En realidad, este error data de un sermón que dio el Papa Gregorio I, donde tomó al personaje de María Magdalena para ejemplificar el perdón, mezclando a distintos personajes del Nuevo Testamento.

Ella, a quien Lucas llama mujer pecadora, a quien Juan llama María, creemos que es la María de la que fueron expulsados siete demonios, según nos cuenta Marcos. ¿Y qué significaban estos siete demonios sino los vicios?… está claro hermanos, que la mujer usó previamente el ungüento para perfumar su cuerpo en actos prohibidos. Eso que antes desplegaba de la manera más escandalosa es lo que ahora ofrece a Dios de la manera más admirable.

Papa Gregorio I

La presencia de distintas «Marías» (María, la madre de Jesús y María de Betania, hermana de Lázaro) aporta a la confusión, lo mismo que la aparición de mujeres anónimas cuya identidad queda abierta a la interpretación, especialmente en el Evangelio de Lucas, cuando una «mujer pecadora que había en la ciudad» que entra a la casa de Simón el Fariseo en busca del perdón de Jesús (Lucas 7:36-50) es presentada un capítulo antes de la aparición de María Magdalena. Los eruditos modernos saben que esto es un error.

Un video que explica los errores históricos de la película adaptada del libro.
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¿Por qué el verdadero demonio Valak da más miedo que el de «La Monja»?

Aunque Valak es representado en «La Monja» como un espíritu que usa hábito, el verdadero demonio aparece como un niño montado en un dragón de dos cabezas, al menos de acuerdo con un manual de caza de demonios del siglo XVII.

Una representación del demonio Valak de «La Monja».

Los escépticos descartan rápidamente la veracidad de las películas de terror que afirman estar basadas en hechos reales, pero las referencias al demonio Valak, el de el centro de La Monja, se remontan a siglos atrás.

Valak o Valac aparece en una variedad de grimorios medievales, que eran básicamente manuales sobre demonios y hechizos. A diferencia de la película de 2018, Valak no aparece en forma de monja, sino como un niño siniestro con la habilidad de conjurar serpientes. Según un texto del siglo XVII, Valak controla una legión de espíritus serpentinos y puede convocar serpientes vivas para cumplir su malvada voluntad.

Si bien Valak puede no ser real, el temor divino que infundió en los ciudadanos temerosos de Dios de la antigüedad ciertamente lo fue, y continúa provocando escalofríos en los espectadores de hoy.

Valak aparece por primera vez en La llave menor de Salomón

Una ilustración del siglo XIX del demonio conocido como Valac o Valak.

La primera referencia conocida al nombre «Valak» se encuentra en un grimorio del siglo XVII titulado Clavicula Salomonis Regis, o La Llave de Salomón .

El profesor de la Universidad de Hertfordshire Owen Davies, un experto en la historia de los fantasmas y la brujería, describió los grimorios como «libros que contienen una mezcla de hechizos, conjuros, secretos naturales y sabiduría antigua». De hecho, Salomón es descrita como una guía del «arte ceremonial de dominar a los espíritus buenos y malos».

Un grimorio alemán del siglo XVIII.

Salomón presenta al rey Salomón del Antiguo Testamento que era famoso por su sabiduría. En algún momento alrededor del siglo II a. C., se difundió la idea de que el reino del conocimiento del rey también había incluido ciertos secretos de la astrología y la magia. El grimorio que lleva su nombre enumera los 72 demonios que el rey supuestamente venció durante su reinado, proporcionando a los lectores sus nombres e instrucciones para expulsarlos en caso de que entren en contacto con esos espíritus.

Valak, que a veces también se escribe Ualac, Valu, Volac, Doolas o Volach, es el espíritu número 62 que aparece en Salomón, según el cual «aparece como un niño con alas de ángel, montado en un dragón de dos cabezas». Su poder especial, según el texto, es encontrar serpientes y tesoros escondidos mientras lidera un ejército de 30 demonios.

Aunque Valak el demonio no aparece en los grimorios medievales como monja, tiene raíces en el cristianismo.

La Biblia en sí no contiene ninguna referencia a los 72 demonios de Salomón, pero Salomón fue incluido en la Lista de libros prohibidos del Vaticano, que la Iglesia actualizó continuamente hasta descartarla por completo en 1966. La Iglesia consideró que el texto no solo era no-religioso sino herético. Sin embargo, para consternación de muchos inquisidores, el grimorio todavía se encontraba en posesión de muchos sacerdotes católicos.

A pesar de estar prohibido, el grimorio siguió siendo muy popular en Europa y, dado el éxito de las películas del El Conjuro, parece que su contenido todavía tiene un atractivo aterrador hasta el día de hoy.

Un encuentro de 1970 entre Ed y Lorraine Warren y un fantasma inspiró a La Monja

Los investigadores paranormales Ed y Lorraine Warren.

El demonio Valak hizo su primera aparición en la serie de películas El Conjuro 2, durante la cual Lorraine Warren consigue detenerlo y desterrarlo al infierno usando su propio nombre contra él. En La Monja, otra entrega de la misma franquicia, un monasterio rumano está embrujado por una presencia demoníaca vestida con el atuendo de una monja católica.

Resulta que hay algo de verdad en las dos historias. Lorraine Warren era una persona real y una investigadora paranormal que encontró una presencia en una Iglesia. Ed y Lorraine Warren se hicieron famosos después de su investigación inicial sobre el famoso embrujo de Amityville en 1976. Lorraine Warren afirmó ser una clarividente y médium mientras su marido era un autoproclamado demonólogo.

Una escena de El Conjuro 2 donde aparece Valak.

Aunque más tarde se informó que los eventos supuestamente sobrenaturales de la casa de Amityville eran mentira, la popularidad del libro de 1977 The Amityville Horror y la película posterior de 1979 catapultó a los Warren a la fama. Los Warren, que eran católicos devotos, afirmaron haber investigado más de 10.000 casos de actividad paranormal a lo largo de su carrera.

Una de las técnicas de investigación favoritas de Lorraine Warren era recostarse en las camas de una casa, lo que, según ella, le permitía detectar y absorber la energía psíquica en un hogar.

Y según el yerno de los Warren, los Warren se encontraron con una «monja espectral» durante un viaje a la iglesia embrujada de Borley al sur de Inglaterra en la década de 1970. Según la tradición, el fantasma del cementerio era una monja que había sido enterrada viva en las paredes de ladrillo del convento siglos atrás después de haber tenido una aventura con un monje. Lorraine Warren supuestamente se encontró con ese fantasma cara a cara una noche a la medianoche en el cementerio de la iglesia y salió ilesa.

Cómo se representa a Valak en las películas de El Conjuro

El escalofriante tráiler de «La Monja».

La reciente descripción de Valak como una monja fue una invención del director de El Conjuro 2 , James Wan. “Tenía una perspectiva sólida de toda la película, pero de lo único que no estaba seguro [era del diseño del personaje demoníaco]”, dijo Wan en 2016.

Según Wan, la verdadera Lorraine Warren le había hablado de una «entidad espectral» que apareció como un «tornado con esta figura encapuchada». Así que Wan decidió que la figura usara el traje de una monja para ponerlo en conflicto más directamente con la fe católica de los Warren.

“Debido a que es una visión demoníaca que la atormenta, que solo la ataca, quería algo que atacara su fe”, continuó Wan, “y así fue como la idea de esta misma imagen de un icono sagrado se cimentó en mi cabeza.»

La idea de ser perseguido por su propia fe era tan poderosa para Wan que Valak se convirtió en un personaje central en La Monja de 2018, donde el demonio aterroriza y posee a los miembros devotos de una abadía rumana en 1952. Con venas negras y labios saliendo de una cara blanco fantasmal, Valak es verdaderamente una presencia horrible.

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La historia de las brujas: cómo el cristianismo y la misoginia condenó a curanderas veneradas

Desde poderosas sacerdotisas hasta maestras demoníacas de lo oculto, la historia de las brujas es un relato de los peligros de ser mujer en un mundo dominado por hombres.

Consideradas seres temibles en los cuentos de hadas y los mitos, las brujas se labraron un lugar en casi todas las culturas del mundo y del tiempo. De hecho, la bruja representa el lado oscuro de la presencia femenina: tiene un poder que no se puede controlar. Si bien la bruja evoca representaciones de mujeres ancianas, feas y de nariz ganchuda agachadas sobre sus calderos y dándoles problemas a las masas, la historia nos dice que los orígenes de las brujas son mucho menos siniestros. Es más, las que consideramos brujas alguna vez fueron curanderas y miembros sagrados de sus comunidades.

La historia de las brujas se remonta a los tiempos bíblicos

Según Carole Fontaine, una erudita bíblica estadounidense reconocida internacionalmente, la idea de la bruja existe desde que la humanidad trató de enfrentar las enfermedades y evitar el desastre.

Una pintura en el Monasterio de Rila en Bulgaria, condenando la brujería y la magia popular tradicional.

En Medio Oriente, las civilizaciones antiguas no solo adoraban a poderosas deidades femeninas, sino que en general eran las mujeres quienes practicaban los rituales más sagrados. Formadas en las artes sagradas, estas sacerdotisas llegaron a ser conocidas como mujeres sabias y pueden haber sido algunas de las primeras manifestaciones de lo que ahora conocemos como brujas.

Estas mujeres sabias hacían visitas a domicilio, entregaban bebés al mundo, lidiaban con la infertilidad y curaban la impotencia. Según Fontaine, “lo interesante de ellas es que se les entiende como figuras positivas en su sociedad. Ningún rey podía estar sin su consejo, ningún ejército podía recuperarse de una derrota sin su actividad ritual, ningún bebé podía nacer sin su presencia». Entonces, ¿cómo se transformó la imagen benevolente de una mujer sabia en la figura malévola de la bruja que conocemos hoy?

Algunos estudiosos sostienen que la respuesta puede estar relacionada a eventos anteriores al nacimiento de Cristo, cuando los indoeuropeos se expandieron al oeste, trayendo consigo una cultura guerrera que valoraba la violencia y los dioses masculinos de la guerra, que después se impusieron a las deidades femeninas que alguna vez se veneraban.

Otros creen que cuando los hebreos se establecieron en Canaán 1300 años antes de nuestra era, su visión monoteísta de la creación centrada en el hombre apareció en el camino. Obedeciendo las leyes de la Biblia, los hebreos creían que la brujería era peligrosa y la prohibían como práctica pagana.

El cristianismo transforma a la bruja en una figura de maldad

Un grabado en madera del siglo XVI de brujas como seres malévolos jugando en el bosque.

Siglos después, este miedo a las brujas se extendió por Europa. En la década de 1300, cuando la plaga diezmó a Europa matando a una de cada tres personas, también trajo un gran temor. En medio del pánico, muchos atribuyeron su desgracia al mismo diablo y a sus supuestos adoradores. En este punto, la Inquisición de la Iglesia Católica, que ya se había establecido hacía décadas, redobló esfuerzos para perseguir y castigar las causas no católicas de las muertes masivas, incluidas las brujas que adoraban al diablo.

Se creía que estas mujeres se juntaban a hacer sus adoraciones en grandes asambleas nocturnas, donde realizaban distintos males sociales, como sexo promiscuo, bailes desnudos y un banquete con carne de bebés humanos. En el punto culminante de este festival, la gente de la época creía que el mismo Diablo aparecía y participaba en una orgía desenfrenada con todos los asistentes.

Entonces, para salvar a la Iglesia y sus seguidores del diablo, estas mujeres tenían que ser domesticadas. Es con eso en mente que los inquisidores de la Iglesia Católica Jacob Springer y Henrik Kramer escribieron el Malleus Maleficarum, un libro que ayudó a los cazadores de brujas en la espantosa tarea de encontrar y castigar a las supuestas brujas, que como mujeres eran sexualmente vulnerables y, por lo tanto, presa fácil para el diablo.

«¿Qué más es una mujer sino enemiga de la amistad?», escribieron los monjes. “Son malvadas, lascivas, venenosas y lujuriosas. Toda brujería proviene de la lujuria carnal, que en las mujeres es insaciable».

Las vívidas descripciones del manual servirían como empuje para que los cazadores de brujas actuaran sobre sus prejuicios durante más de 200 años. En ese momento, Malleus Maleficarum era el segundo libro después de la Biblia en términos de popularidad.

Fontaine señala que, si bien hubo manuales de caza de brujas antes de la publicación del Malleus Malificarum, este libro en particular fue el primero en asociar un género específico con la brujería.

La caza de brujas se convierte en un instrumento de misoginia

Juicio de una bruja, por TH Matteson, 1853. Este trabajo se inspiró en los juicios de las brujas de Salem.

A finales del siglo XVII, la histeria de la caza de brujas en Europa alcanzó su punto máximo. La caza de brujas se extendió como la pólvora por toda Europa, la peor de las cuales ocurrió en Francia y Alemania. Würzburg, Alemania, fue hogar del peor caso de caza de brujas: los magistrados de la época determinaron que la mayor parte de la ciudad estaba poseída por el diablo y condenaron a muerte a cientos de mujeres inocentes.

La profesora de religión Barbara McGraw señaló en una entrevista de 1996 que había algunas ciudades en Alemania donde no quedaban mujeres.

Un episodio de Timeline que explora la historia de las brujas.

Miles fueron arrestadas y llevadas ante los inquisidores para examinarlas. Bajo el brutal escrutinio de un inquisidor, las acusadas eran desnudadas y registradas. Cualquier verruga, lunar o marca de nacimiento “sospechosa” podría ser suficiente para recibir una sentencia de muerte.

Sin embargo, para ejecutar a la acusada, las mujeres primero tenían que confesar. La tortura parecía ser la mejor manera de incitar una confesión, y la Iglesia usaba instrumentos como tornillos de pulgar y piernas, abrazaderas para la cabeza y la doncella de hierro para generar la «verdad» que necesitaban para producir la muerte.

Una representación de finales del siglo XVI de brujas quemadas en la hoguera.

Mientras torturaba a las mujeres examinadas, el Malleus Maleficarum advirtió al torturador que no hiciera contacto visual con ella, ya que sus «poderes malignos» podrían hacer que el torturador desarrollara sentimientos de compasión.

Cuando este período terminó, aproximadamente a principios del siglo XVIII, se estima que 60.000 personas en Europa habían sido asesinadas como brujas.

La caza de brujas arrasa Estados Unidos

Una representación del siglo XIX de Tituba, la bruja americana esclavizada, por Alfred Fredericks.

En el extranjero, la caza de brujas más antologizada tuvo lugar en Salem, Massachusetts. El asentamiento del siglo XVII tuvo un comienzo difícil: décadas de guerras con los nativos americanos, disputas por tierras, profundas divisiones religiosas y una tendencia a buscar lo sobrenatural para explicar lo desconocido ayudaron a sentar las bases de la histeria de este «Nuevo Mundo».

Los juicios de las brujas de Salem comenzaron en 1692, en la casa de un ministro puritano llamado Samuel Parris. Parris estaba muy preocupado por un juego en el que habían participado su hija Elizabeth y su sobrina Abigail, en el que las dos miraron una bola de cristal y vieron un ataúd. Esta visión les provocó convulsiones y, a los pocos días, otras nueve chicas de la comunidad sufrieron la misma enfermedad.

Bajo la presión de Parris, las chicas nombraron a tres brujas que pudieron haberlas maldecido: Tituba, su esclava doméstica; Sarah Good, una mendiga; y Sarah Osborne, una viuda que se rumoreaba que tuvo un amorío con uno de sus sirvientes. Las tres mujeres eran parias sociales y, por lo tanto, blancos fáciles de sospecha.

La figura en el medio de esta ilustración de 1876 de la sala del tribunal donde se llevaron a cabo los juicios se la suele identificar como Mary Walcott.

La histeria detrás de los juicios de las brujas de Salem de 1692 se extendió a 24 aldeas periféricas. Ese año, las cárceles se llenaron con más de 200 brujas acusadas, 27 de las cuales fueron declaradas culpables. Diecinueve murieron.

Sin embargo, los juicios terminaron rápidamente, en parte porque las supuestas víctimas comenzaron a señalar a figuras de alto rango dentro de la comunidad. Cuando la esposa del gobernador de Massachusetts fue acusada de brujería, los líderes se encargaron de que los juicios cesasen de inmediato.

En cuanto a lo que motivó las confesiones de las mujeres, Fontaine lo atribuye a una forma de liberación social. Las mujeres habían sido controladas tan estrechamente en Salem, según Fontaine, que esta confesión les dio algún tipo de atención.

La brujería es revivida por las Wicca

La carta «El mago» del tarot está representada usando las mismas herramientas que usan las Wiccans modernas.

Cientos de años después, la temible imagen de la bruja se desvaneció y fue absorbida por la cultura popular, que usó la historia violenta de la bruja como inspiración para hacer disfraces. Otros, sin embargo, usaron la historia de las brujas para fundar un nuevo movimiento espiritual.

En 1921, la arqueóloga británica Margaret Murray escribió un libro llamado The Witch Cult in Western Europe, en el que argumentó que la brujería no había sido un ocultismo oscuro, sino una fuerza religiosa dominante. Aunque las teorías de Murray fueron desacreditadas desde la publicación del libro, su trabajo provocó una fascinación por las brujas que habían estado inactivas durante 300 años, lo que al final dio lugar a la religión Wicca.

La Wicca, que su nombre deriva de un término anglosajón para «artesanía de los sabios», recuerda prácticas antiguas que usaban hierbas y otros elementos naturales para promover la curación, la armonía, el amor y la sabiduría, todo siguiendo el principio de «no dañar a nadie». Quedará por ver a quién van a elegir los poderosos del mundo como su próxima bruja, pero como ya demostró la historia, la temida suele ser mujer.

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El origen de las supersticiones más famosas

¿Alguna vez te paraste a preguntar por qué se te paran los pelos cuando se te cruza un gato negro? ¿O por qué te da miedo pasar abajo de esa escalera y si alguien abre un paraguas en un lugar cerrado te ponés nervioso? Es algo natural, que pasa sin que lo pensemos mucho, fruto de años de aprendizaje o de conocer a otras personas supersticiosas.

Pero, antes que nada, ¿por qué somos supersticiosos? Son creencias irracionales con las que queremos repeler la mala suerte o atraer a la buena. Pero a pesar de que en el fondo sabemos que no tienen lógica, no podemos evitarlo, y en parte se debe a que en algún momento funcionó. Según la psicología, observamos la realidad y la procesamos de manera prejuiciosa, y estas acciones tienen una funcionalidad curativa para nosotros.

¿De dónde vienen? ¿Por qué actuamos así? Acá va una explicación de las más famosas.

1. Romper un espejo

Se dice que romper un espejo son siete años de mala suerte. Esta idea surgió en Venecia, a finales del siglo XVI aproximadamente. En ese momento se pusieron de moda los espejos hechos con vidrio a los que se les ponía una lámina de plata en la parte posterior para que las personas delante pudieran reflejarse (antes se realizaban con vasijas con agua o estaban hechos de metal).

Estos espejos eran muy caros. Por eso, los aristócratas les pedían a sus sirvientes que tuvieran cuidado con ellos, porque se rompía podía significar que durante varios años tendrían que trabajar sin recibir ningún salario. El miedo a que eso les pase fue corriendo de manera oral, añadiendo el número mágico que llegó a nuestros días: el siete.

2. Cruzarse con un gato negro

Aunque los gatos llevan a nuestro lado desde tiempos inmemoriales , siempre hubo un cierto temor a los de pelo negro. No olvidemos que se decía que las brujas siempre volaban en su escoba con uno. Y la superstición proviene justamente de ahí, de la Europa medieval.

En aquella época, muchas ancianas les daban de comer a los gatos callejeros, y tal vez por eso fue que empezó la cacería de brujas. Se los relacionó con el diablo y también se pensaba que las supuestas brujas se convertían en ellos por la noche. Es por eso que llegó hasta nuestros días que cuando nos cruzamos con un gato negro por la calle nos van a pasar todo tipo de desgracias.

3. Abrir un paraguas en lugares cerrados

Según Insider, los primeros paraguas fueron fabricados en el antiguo Egipto, con papiro y plumas de pavo real, y se diseñaban para que se parezcan a la diosa Nut. Se consideraba que la sombra de un paraguas era sagrada y se reservaba para la nobleza egipcia; cualquiera que se atreva a entrar en ese espacio estaba cometiendo un sacrilegio. Abrir un paraguas dentro de una casa se consideraba en contra del propósito natural y, por ende, un insulto al Dios del Sol (Ra), según algunos historiadores.

4. Pasar por debajo de una escalera

Podría ser la superstición con la historia más curiosa. Según muchos historiadores, tiene que ver con las religiones monoteístas, sobre todo con el cristianismo donde la importancia del número tres es vital debido a la Santa Trinidad (el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo). Cuando una escalera se apoya contra una pared forma un triángulo y pasar por debajo de ella sería lo mismo que romperlo.

5. Tirar la sal

Hay muchas teorías sobre la historia de la sal derramada sobre la mesa y la mala suerte que eso trae. Según Piero Valeriano Bolzani, la sal simbolizaba la amistad y se presentaba en las comidas para indicar la fuerza perdurable de los lazos entre las personas. Por eso, muchos consideran nefasto derramarla. También hay un proverbio alemán antiguo que dice que «el que derrama sal despierta enemistad». De la misma forma, otras personas lo atribuyen a la importancia económica que tenía (de ahí la palabra salario, que viene del latín salarium).

Otra teoría dice que Judas Iscariote derramó la sal en la última cena, y es más, en el famoso cuadro de Leonardo Da Vinci se puede observar ver un bote con sal vertida sobre la mesa. Aun así, la creencia del mal presagio es anterior a este cuadro.

6- Soplar las velas de la torta y pedir un deseo

El origen de esta superstición se remonta a la Antigua Grecia. Los griegos le ofrendaban a Artemisa (diosa protectora de la juventud, de la luna, la cacería y el nacimiento) un pan redondo, donde se reunían varios hombres alrededor, cada uno con una antorcha en la mano. Si alguno de ellos lograba apagar la flama de la antorcha, tenía derecho a pedir un deseo y la diosa Artemisa se los concedía, y el ganador podía comerse todo el pan.

7- Decir «salud» al estornudar

Esta es una superstición de buena suerte, y tiene su origen en la plaga de la Muerte Negra allá por el 1348. El estornudo se había convertido en un signo de enfermedad e infección y, como esto quería decir que la persona podía morir, se empezó a ofrecer una bendición con un pedido de “salud”.

Existen muchas supersticiones más, y hablar de todas sería interminable. Muchas de ellas tuvieron variaciones a lo largo de los años, pero siguen persistiendo de generación en generación. Y aunque no todos creamos en ellas, tienen una historia muy interesante que vale la pena conocer.

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21 curiosidades sobre los vikingos

Cuando éramos chicos, hay probablemente dos cosas que nos tenían fascinados: los dinosaurios y los vikingos. Por ahora, vamos a dejar de lado a los dinosaurios hasta otro post porque vamos a hablar de los vikingos. Los vikingos son los favoritos de todo chico, con esas trenzas rubias y sus cascos con cuernos y sus barcos de dragón. ¿Quién no habrá querido disfrazarse de vikingo?

Pero también hay algunas ideas equivocadas sobre ellos que nosotros venimos repitiendo hasta la actualidad. Por eso hoy les quiero compartir algunas curiosidades sobre ellos.

1- Los cascos vikingos no tenían cuernos

La típica apariencia del vikingo con casco con cuernos se cree que fue inventada por los pintores del siglo XIX, pero ninguno de los cascos guerreros encontrados hasta ahora por los arquélogos tienen cuernos. Los que sí podrían tener cuernos son los cascos ceremoniales o funerarios.

¡Hay algunos historiadores que afirman que ni siquieran usaban casco! Lo que pasa es que no se encontraron muchos cascos completos, por eso se cree que nunca los usaban en las batallas.

2- Los funerales vikingos eran solo para personas importantes

¿Cuántas veces vimos en las películas que cuando un guerrero o un rey muere, lo depositan en un bote, lo sueltan y lo prenden fuego con una sola flecha incendiaria? En realidad no era así.

Los barcos simbolizaban el paso seguro al más allá, así que tenían un papel importante en los ritos funerarios. Aunque no era muy común, a los guerreros caídos se los despedía depositados en un bote con sus armas y luego se lo enterraba con piedras. Pero en general, los vikingos eran cremados en piras funerarias, sus cenizas depositadas en urnas y sepultados.

Sólo a los hombres de alto rango se los despedía con sus verdaderos barcos, rodeados de sus armas, objetos de valor, y a veces, sus esclavos sacrificados para el ritual.

3- No eran ningunos roñosos, eran muy limpios

Aunque los imaginemos sucios por como los retratan siempre en series y películas, los hallazgos arqueológicos apuntan a todo lo contrario. Los vikingos era célebres por su higiene y usaban objetos de belleza como pinzas, navajas de afeitar y peines, además de hisopos hechos de huesos y cuernos de animales. Se afirma que los vikingos se bañaban mucho más seguido que los europeos. Para las vikingas, un hombre sucio era inaceptable.

4- No bebían de los cráneos de sus enemigos

Esta creencia surge una mala interpretación de un antiguo poema nórdico llamado Krákumál 25, que dice así: «Bebe cerveza de las ramas curvas de los cráneos». «Ramas curvas de los cráneos» era una forma retórica de llamar a los cuernos, pero que fue traducido por el médico y anticuario danés Ole Worm como «Los héroes esperaban beber en el salón de Odín de los cráneos de aquellos a los que habían matado».

Como sugiere la forma retórica, los vikingos bebían de cuernos de vacas o cabras, aunque también usaban vasos de vidrio, de madera o de metal.

5- La palabra «vikingo» es un verbo

En nórdico antiguo, la palabra «viking» se refiere a la acción de invadir desde el mar, por eso los pueblos conquistados llamaban «vikingos» a los escandinavos que hacían incursiones, aunque los vikingos no tenían una denominación oficial para ellos mismos.

6- No se reconocían como vikingos

Los vikingos no reconocían a sus compañeros vikingos. Es más, como ya dijimos, ni siquiera se llamaban así a ellos mismos. Eran más bien un conjunto de tribus pequeñas que venían de Finlandia, Dinamarca, Noruega, Suecia, Estonia y otros países, liderados por jefes que atacaban costas extranjeras… cuando no estaban luchando entre sí.

7- En sus ataques recorrieron casi toda Europa y Asia

Aunque sus mayores ataques fueron en el norte de Europa, los vikingos llegaron a invadir Italia, España, el Imperio Bizantino y parte del norte de África. Se cree que cuando invadieron el Imperio Bizantino, Harald Hardrada ascendió de rango dentro de la Guardia de Constantinopla hasta convertirse en comandante, para volver más tarde como el rey de Noruega.

8- Sus barcos eran los más rápidos de su época

Nada de eso se hubiera logrado sin sus característicos barcos de dragón, que eran mucho más rápidos que los barcos europeos. Podían viajar hasta 200 kilómetros en un día, lo que explica por qué pudieron invadir lugares más lejanos que otras civilizaciones de la época.

9- Las historias vikingas no son todas reales

La mayoría de las cosas que sabemos de ellos están escritas en las «sagas islandesas». El problema es que muchas de ellas se escribieron cientos de años después de que pasaron… ¡y hay algunas que no están comprobadas!

Otro problema es que los vikingos no escribieron casi nada sobre sus propias aventuras, así que gran parte de lo que sabemos es por personas en tierras que conquistaron.

10- ¿Su animal preferido? ¡Los gatos!

Los vikingos se trajeron varios recuerdos de sus conquistas en Europa y Asia, entre ellos, gatos. Los gatos pasaron a ser una parte importante en los hogares vikingos, tanto que incluso cuando un hombre le proponía matrimonio a una mujer solía regalarle un gato.

11- La sopa de cebolla para tratar las heridas

Los vikingos son conocidos también por sus innovaciones en medicina. Cuando un guerrero vikingo herido regresaba de la batalla, los vikingos de la aldea le daban sopa de cebolla muy fuerte. Después de un tiempo, una persona de la tribu olía de cerca la herida del guerrero para ver si podía detectar el olor de la cebolla, y  si era así, significaba que la herida era demasiado profunda y que la muerte era inevitable.

12- Las mujeres vikingas tenían derechos básicos que las europeas no

Es verdad que las mujeres se casaban a los 12 años y se ocupaban de la casa mientras sus maridos iban a la guerra (incluso algunas participaban en las batallas), pero aún así podían divorciarse y volverse a casar, ser dueñas de propiedades y liderar sus propios clanes, algo imposible para la mujer europea de esa era.

13- Varias palabras en inglés son gracias a los vikingos

Entre ellas están «thursday» («Thor’s Day» o jueves porque era el día que adoraban al dios Thor), «hell» (infierno), «knife» (cuchillo), «leather» (cuero), «window» (ventana) y «husband» (esposo).

También le dieron la palabra «berserk» (desquicio o locura), que se origina de los berserkers, unos guerreros temibles vestidos con ropa de lobo o de oso y que sus aullidos hacían temblar a sus enemigos. Se cree que los berserkers entraban en estado salvaje usando drogas como hongos alucinógenos, alcohol y beleño.

14- La mayoría eran granjeros y artesanos

Aunque muchos los conocemos por ser guerreros, en realidad fueron muy pocos los que alguna vez agarraron una espada. La mayoría eran agricultores pacíficos o exploradores y colonos que se instalaron en otros países para dedicarse a la agricultura, la artesanía o el comercio. Los que eran agricultores cosechaban cebada, centeno y avena y criaban ganado, cabras, ovejas y cerdos.

Un explorador muy famoso fue Leif Erikson, que llegó a América del Norte mucho tiempo antes que Cristóbal Colón. Unos… ¡500 años antes!

15- Se enriquecieron con el comercio de esclavos

Los vikingos se hicieron ricos gracias al tráfico de personas, hombres y mujeres capturados mientras saqueaban asentamientos anglosajones, celtas y eslavos, que luego eran llamados «thralls» que después eran vendidos en mercados de esclavos en Europa y Oriente Medio.

16- Usaban miel como edulcorante y orina como combustible

La miel era lo único que tenían como edulcorante, y la usaban para endulzar la comida y preparar hidromiel, una bebida alcohólica que se disfruta hasta nuestros días.

También tenían su propio método para hacer un fuego… usando fungus hervidos en su propia orina. El nitrato de sodio de la orina hacía que el fuego arda pero que no se desborde.

17- Los vikingos los prefieren rubios

Por mucho que nos sorprenda, ya habían estándares de belleza entre los vikingos. Había más preferencia por el pelo rubio, así que mujeres y hombres (sobre todo si eran morochos) se decoloraban el pelo y la barba con un jabón hecho de lejía. Se cree que esto también ayudó a evitar que los vikingos tuvieran piojos.

18- Les gustaba esquiar y hasta tenían un dios del esquí

Algunos descubrimientos arquelógicos sugieren que el esquí se inventó hace unos 6 mil años. Los vikingos esquiaban tanto por diversión como para viajar. Incluso tenían un dios del esquí, Ullr, al que se lo suele representar sobre un par de esquíes cazando con un arco.

También jugaban un deporte llamado Knattleik. Se jugaba con palos y una pelota, y aunque no están muy claras las reglas del juego, muchos historiadores suponen que era bastante parecido al hockey sobre césped o quizás al hurling.

19- Su manera tan agresiva de atacar

Los vikingos organizaban sus tropas en una forma parecida a una lanza llamada «formación de jabalí». El objetivo de esta formación era romper las filas de los enemigos. Los guerreros participaban armados y entrelazaban sus escudos para construir una cadena que barría las líneas enemigas corriendo con toda su fuerza. 

La única debilidad de esta estrategia era que podía ser atacada por los dos lados porque los vikingos hacían hincapié en la punta de la forma de la lanza. Además, si no lograban romper la línea enemiga, los soldados vikingos no podrían mantenerla mucho tiempo y necesitarían reformarse.  

20- Una vez invadieron París y no se fueron hasta que les pagaron

En el año 845, los vikingos liderados por Ragnar Lodbrok (el mismo que protagoniza la serie Vikingos) atacaron la ciudad luz con 120 barcos y 5 mil hombres. Habían llegado en un momento en que Francia era gobernada por Carlos el Calvo y sufría luchas internas de los herederos de Ludovico Pío.

El ejército de Carlos el Calvo no pudo contener a los invasores y se retiraron. Los vikingos saquearon la ciudad y la ocuparon durante la Pascua y se retiraron pocos después de que Carlos el Calvo les pagara un tributo de 2600 kilos de plata y oro. Éste sería el primero de trece tributos que recibirían de los franceses por otras invasiones que harían más adelante.

21- Por ellos se construyó el Louvre

El Louvre no se construyó originalmente para ser un museo sino para mantener alejados a los invasores vikingos. Para 1190, gran parte de Europa ya había sucumbido a los vikingos, así que, para que no se repita lo que pasó en París en el 845, el rey Felipe II de Francia mandó a construir una torre fortificada de 30 metros con un foso alrededor.

Por suerte, los vikingos decidieron no invadir. Pero mejor prevenir que lamentar.

Y esas son todos los datos curiosos de los vikingos. Si te gustó, podés hacérmelo saber en los comentarios.

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9 datos que probablemente no sabías de Sarmiento

Te contamos algunos acontecimientos que tal vez no conocías sobre el prócer.

1 Sarmiento no se llamaba Domingo. El nombre que figura en su partida de nacimiento es Faustino Valentín Quiroga Sarmiento. Lo habían nombrado Valentín porque nació un 14 de febrero, aunque fue registrado el día siguiente. Su familia siempre lo llamó Domingo, porque su madre era devota de Santo Domingo.

2 El apellido de sus antepasados era «Quiroga Sarmiento», esa designación llegó hasta el mayor de sus tíos, José Manuel Eufrasio Quiroga Sarmiento. Pero tanto su padre Clemente como sus otros 10 hermanos fueron inscriptos sin el «Quiroga». Se dice que esto se debió a que el apellido Sarmiento se estaba extinguiendo.

3 Sarmiento aprendió a leer a los 4 años. Sus primeros maestros fueron su padre José Clemente y su tío José Eufrasio Quiroga Sarmiento. En 1816 ingresó a una de las llamadas «Escuelas de la Patria». Cuando finalizó estos estudios tramitó una beca para ingresar al Colegio de Ciencias Morales, en Buenos Aires, que no le fue concedida. A partir de entonces fue autodidacta. Un amigo ingeniero lo ayudó con las matemáticas, su tío José de Oro Albarracín (hermano de Fray Justo Santa María de Oro) lo ayudó con el Latín y Teología. Y aprendió francés por sus propios medios.

4 Contribuyó mucho a su provincia natal cuando inició su mandato como gobernador de San Juan, en 1862. En dos años incorporó el alumbrado público, se encargó del empedrado de las calles y abrió y ensanchó varias de ellas. Además, forestó y confeccionó el plano topográfico de la provincia.

5 A María Jesús del Canto, madre de su única hija biológica, la conoció en una escuela, durante uno de sus cuatro exilios en Chile. Ella era su alumna y él se enamoró; Emilia Faustina Ana nació al año siguiente. María Jesús murió en el parto, el 18 de julio de 1832. Quedando huérfana de madre, Faustina se crió con su abuela Paula y sus tías. Sobre todo porque Domingo nunca se quedó demasiado tiempo en ningún lugar.

6 Sarmiento plantó la primera vara de mimbre en el país, lo hizo en el Delta del Paraná. También se le atribuye haber traído las primeras semillas de nogales pecan de los Estados Unidos, al Delta. Según su nieto, durante el último año de vida, el Prócer enviaba varillas de mimbre por correo para promocionar su producción.

7 En 1845 nació en Chile Domingo Fidel, hijo del chileno Domingo Castro y Calvo y la argentina Benita Martínez Pastoriza, que al enviudar, en 1848, se casó con Domingo Faustino Sarmiento, que le dio su apellido al niño. El matrimonio solo duró un año, pero el hijo adoptivo -conocido como “Dominguito”- fue muy querido por Sarmiento. En septiembre de 1866, durante la Batalla de Curupayty, Dominguito fue herido de muerte. En ese momento, Sarmiento era ministro plenipotenciario de la Argentina en Estados Unidos. La noticia de la muerte de su hijo lo hundió en una profunda depresión, renunció al cargo diplomático y regresó a Buenos Aires. Después escribió la biografía de su hijo: Vida de Dominguito.

8 Sarmiento también inició la meteorología en el país. Durante su gestión como representante argentino en Estados Unidos logró que el astrónomo Benjamin Apthorp Gould viajara al país para crear un observatorio astronómico, pero cuando Gould llegó, Sarmiento ya había levantado el Observatorio Astronómico de Córdoba que adquirió entonces relevancia internacional. Ambos iniciaron los estudios argentinos de meteorología al crear, en 1872, la Oficina Meteorológica Nacional que funcionó hasta 1884 en Córdoba para luego trasladarse a Buenos Aires.

9 Mediante la Ley de Subvenciones de 1871, el padre del aula garantizó los fondos para la creación de nuevas escuelas y la compra de materiales y libros. Durante su mandato, y con apoyo nacional, las provincias fundaron unas 800 escuelas de primeras letras, alcanzando a un total de 1816 escuelas, de las cuales el 27% eran privadas. La población escolar se elevó de 30.000 a 110.000 alumnos.

¿Conocías alguno de estos datos? ¿Hay algún otro dato que sabés y no aparece en este posteo? Dejámelo saber en los comentarios.

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Veterano condecorado a los 13 años: la historia de Calvin Graham

Mediante algunas mentiras astutas, Calvin Graham logró ser el soldado confirmado más joven en servir en la Segunda Guerra Mundial.

Calvin Graham tras su alistamiento.

Cuando Calvin Graham tenía 11 años, empezó a afeitarse, convencido de que lo haría parecer mayor. También practicó hablar con voz más grave para pretender hablar como un hombre. Aunque su conducta no era insólita para un chico que tiene ganas de ser adulto, sus motivos fueron únicos. En lugar de fingir ser un adulto para divertirse, Graham quería hacerse pasar por adulto para alistarse en el ejército de los Estados Unidos.

Durante el alistamiento, los otros jóvenes tenían que tener al menos 17 años para poder anotarse. A los 16, podían unirse con el consentimiento de sus padres, pero igual se preferían a los de 17. Ésto no lo inmutó a Graham y, junto con dos amigos, falsificó la firma de su madre en los papeles de alistamiento, robó un sello de notario de un hotel, le dijo a su madre que iba a visitar a unos parientes y formó fila.

Sin embargo, aunque uno puede pensar que falsificar la firma de la madre sería lo más difícil de su plan, se equivocaría: a Graham le preocupaba más que el dentista, que estaba contratado para revisar los dientes de los reclutas para confirmar sus edades, lo descubriera. Por suerte, ya tenía un plan por si tuviera ese problema.

Cuando llegó a la oficina de alistamiento, se puso en fila detrás de dos chicos que sabía que tenían 14 y 15 años. Cuando el dentista intentó revisarlo, le dijo que sabía que los chicos delante de él eran menores de edad y que los habían dejado pasar. Así que, para no discutir con él, el dentista lo dejó pasar.

Calvin Graham a bordo de un buque de la Marina.

Sin embargo, aunque Calvin Graham estaba decidido a luchar como habían hecho muchos de sus parientes antes que él, no estaba preparado para las pruebas de la guerra. Según Graham, los instructores sabían que muchos de los reclutas eran menores de edad y los castigaban por eso, a veces haciéndolos correr muchos kilómetros y cargar mochilas pesadas. Pero a pesar del estrés, Graham perseveró y llegó al USS South Dakota, un buque de guerra que trabajaba junto al USS Enterprise en el Pacífico.

Apenas unos meses después de llegar a bordo, el barco se cruzó con ocho destructores japoneses, recibiendo 42 impactos enemigos. En un momento, la metralla golpeó a Graham directamente en la cara, desgarrándole la mandíbula y la boca. A pesar de sus heridas y del hecho de que el impacto lo hizo atravesar tres pisos del barco, continuó llevando a sus compañeros soldados a un lugar seguro y acompañándolos durante la noche.

Debido al impacto que recibió, la armada japonesa creyó haber hundido el USS South Dakota y se retiró, dejando que el barco estadounidense regresara a puerto en el Brooklyn Navy Yard. A la llegada del barco, la tripulación fue premiada por su valentía.

Calvin Graham recibió una Estrella de Bronce por distinguirse en combate, así como un Corazón Púrpura por sus heridas. Pero, mientras sus compañeros de tripulación celebraban, su madre llamó a la Marina y lo denunció. Lo había visto en un especial de noticias y les informó que su más nuevo veterano condecorado era un adolescente.

El USS Dakota del Sur. 

La Marina decidió tomar acciones, despojaron a Graham de sus medallas y lo mantuvieron en una prisión militar en Corpus Christi, Texas, durante tres meses. Durante su encarcelamiento, pudo enviarle un mensaje a su hermana, que le escribió a los diarios sobre cómo la Marina había encarcelado a su hermano, un «veterano bebé». Debido a la mala prensa, al final lo liberaron, aunque le negaron la baja honorable.

Años después de su liberación, Calvin Graham la pasó muy mal: intentó volver a la escuela, casarse y comenzar una vida, aunque a los 17 años ya era un divorciado que había abandonado la secundaria y tenía un hijo, reducido a vender suscripciones de revistas.

Sin embargo, cuando Jimmy Carter fue ganó las elecciones en 1976, algo cambió. Graham le escribió a la Casa Blanca sobre su experiencia, esperando que su colega de la Marina simpatizara con su difícil situación. Había oído hablar de un programa de baja para desertores y sintió que merecía una baja honorable más que ellos.

Finalmente, en 1978, Graham cumplió su deseo. Carter anunció que se había aprobado el proyecto de ley para otorgar la baja y que le volverían a otorgar sus medallas. A pesar de todo, le negaron el Corazón Púrpura, y no fue hasta 1994 que se lo volvieron a otorgar oficialmente a su familia cuando Graham murió en 1992.

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La legendaria historia de los 47 ronin: un relato de honor y lealtad

La historia de los 47 Ronin, conocida como Chushingura («relato de los siervos fieles») en japonés, es una de las historias de samuráis más famosas de Japón. El hecho de que sea una historia real no sólo la vuelve atractiva, sino que la convirtió en fuente de inspiración para cómics, libros y películas, una de las cuáles es la criticada 47 Ronin de 2013, con Keanu Reeves y Hiroyuki Sanada.

El relato de cómo 47 samuráis sin maestro planificaron durante años vengar a su señor, desafiando todas las leyes y contra toda probabilidad de salir vivos, no sólo les valió el respeto y el honor de los japoneses hasta la actualidad, sino que es tan épico e impresionante que parece salido de una leyenda.

La película de 2013 protagonizada por Keanu Reeves fue un fracaso comercial y crítico, sobre todo en Japón, donde fue repudiada.

Entendiendo el Bushido

Comprender el Bushido nos hace más fácil entender a los 47 Ronin.

Lo primero que hay que hacer para apreciar a pleno la historia de los 47 Ronin es entender los fundamentos psicológicos, filosóficos y espirituales de la clase guerrera en el antiguo Japón: el Bushido («camino del guerrero»).

En el Japón feudal, los samuráis dedicaban sus vidas al Bushido, un código de vida estricto que enseña principios y valores morales como la lealtad, el coraje, el honor y la autodisciplina.

El Bushido surge del budismo zen y el sintoísmo y se convirtió en la carne y el espíritu de los samuráis del antiguo Japón. El Bushido obligaba a los samuráis a ser honestos, confiables y que llevaran una vida lejos de las posesiones materiales y el dinero. Además, valoraban el deber, el orgullo, el honor y la compasión y debían anteponer las necesidades de los demás a las propias.

Los samuráis tenían una relación muy íntima con la muerte y se les enseñó a tenerla presente. Esta actitud le daba más profundidad a la vida de los samuráis, permitiéndoles apreciar plenamente la vida y las cosas que más disfrutaban. Según este código, escrito en el siglo XVII por Taira Shigesuke, un samurái y estratega militar del período Edo:

«Siempre que tengas presente la muerte en todo momento, cumplirás el camino de la lealtad y el deber familiar. También evitarás innumerables males y calamidades, estarás físicamente sano y salvo y tendrás una vida larga. Es más, tu carácter mejorará y tu virtud crecerá. Si las personas se consuelan con la suposición de que vivirán mucho tiempo, algo podría sucederles porque piensan que tendrán que trabajar para siempre y cuidar de sus padres; es posible que no actúen para sus maestros y que sean desconsiderados con sus padres. Pero si te das cuenta de que la vida que tienes no es segura, mañana, cuando recibas órdenes de tu maestro y cuando mires a tus padres, sentirás que esta puede ser la última hora, por lo que no podrás dejar de estar atento a tu maestro y a tus padres. Por eso digo que tú también cumples los caminos de la lealtad y el deber familiar cuando tienes en cuenta la muerte.«

Según el Bushido, si un samurái pierde el honor, podría recuperarlo realizando seppuku, una forma de suicidio ritual. Ya sea que lo eligiera el propio samurái o como una forma honorable de pena capital, se prefería el seppuku antes que una muerte deshonrosa a manos del enemigo. También era una demostración de la lealtad, la valentía y el honor de los samuráis. Después de la muerte de un señor, los samuráis leales pueden mostrar su afecto y dolor por su maestro realizando el seppuku.

Cientos de años después, el Bushido ya no representa el poder militar, pero su fundación todavía tiene una influencia significativa en la cultura y la sociedad japonesa. Eso se puede ver cuando vemos el sentido de lealtad que los trabajadores tienen hacia sus empleadores y los estudiantes hacia sus maestros.

Ahora sí, pasemos a la historia de los valientes 47 Ronin…

Tragedia en el Castillo de Edo

La arrogancia y la codicia de Kira llevaron a la muerte de Lord Asano.

La historia de los 47 Ronin empezó el 21 de abril de 1701, cuando Lord Asano Naganori atacó a Kira Yoshinaka, el alto funcionario del protocolo de Bakufu, en el castillo de Edo. En 1701, Tokugawa Tsunayososhi, el Shogun gobernante de Japón, les ordenó a dos Daimyo (señores), Asano Naganori y Kamei Sama, que organizaran una recepción para los enviados del Emperador en Edo, la actual Tokio.

Kira Yoshinaka, un arrogante y poderoso maestro de ceremonias, debía enseñarles a Asano y Kamei la etiqueta necesaria de la corte. Kira estaba acostumbrado a recibir regalos caros por su enseñanza. Pero el de Lord Asano fue diferente: le ofreció un pescado seco de alta calidad, una especialidad de su ciudad natal.

Kira se sintió insultado «por ese aburrido obsequio» y maltrató a los dos hombres mientras les enseñaba. Durante su instrucción, Kira insultaba continuamente a Asano y Kamei y en un momento, Kamei se enfureció tanto que casi mata a Kira por sus insultos. Sin embargo, los consejeros del señor sugirieron darle a Kira un enorme soborno para evitar un desastre. Poco después, Lord Kira empezó a tratar mejor a Kamei.

Kira siguió maltratando a Lord Asano y lo humilló en público llamándolo «campesino sin modales». Asano no pudo contenerse más, sacó su sable (las armas estaban prohibidas dentro del castillo de Edo) y atacó a Kira, pero solo le hizo un corte leve en la cara antes de que los guardias lo detuvieran.

Atacar a un oficial del Shogun en un edificio del gobierno era considerado un delito grave, por lo que el Shogun Tsunayoshi le ordenó a Lord Asano que cometiera seppuku (suicidio ritual). En cuanto a Kira, siguió con sus deberes oficiales.

En ese momento, la ley establecía que cuando un Daimyo cometía seppuku, la familia del Shogun era deshonrada, su castillo confiscado y sus siervos samuráis disueltos, convirtiéndose así en Ronin o «samurái sin maestro».

Cuando se supo la terrible noticia, Oishi Kuranosuke, el consejero principal de Asano, trasladó a la familia de su señor antes de entregar el castillo de Ako a los oficiales del gobierno de Tokugawa. Al mismo tiempo, también estaba reuniendo en secreto un grupo de hombres fieles para vengar la muerte de su maestro: de los 371 samuráis, solo 47 se negaron a permitir que la muerte de Lord Asano quedara impune a pesar de que la venganza estaba prohibida por ley.

Preparando la venganza

Los 47 Ronin necesitaron dos años de planificación para empezar su misión.

Era obvio para Kira que los samuráis de Asano tratarían de vengarse de él, así que fortificó su casa y aumentó su seguridad personal. Los 47 Ronin sabían que antes de lanzar el ataque, tendrían que reducir a la guardia de Kira, así que decidieron separarse para evitar sospechas y comenzar a planificar sus movimientos. 

Se reunieron en Edo y sus alrededores, disfrazados de monjes, comerciantes e incluso borrachos para sacar información sobre Kira y ayudarlos a entrar en su mansión. Uno de los Ronin se casó con la hija del arquitecto de la casa para conseguir los planos de la mansión de Kira, mientras que otros llevaron en bote armas, armaduras y equipo desde Edo durante la noche.

Oishi sabía que al asaltar la mansión de Kira, los 47 Ronin iban a morir, ya sea durante el ataque o por orden del Shogun si sobrevivieran. Por eso, se divorció de su esposa sin decirle nada sobre su plan y la envió a vivir con sus padres y sus dos hijos menores. Su hijo mayor, Chikara, decidió seguir peleando junto a su padre con apenas dieciséis años.

Sabiendo que Kira temía un complot y había enviado espías tras él, Oishi fue a Kyoto y comenzó a frecuentar burdeles y tabernas para ganarse la reputación de un jugador borracho, mientras que los demás fingían que habían abandonado la vida de guerreros y se habían convertido en comerciantes y borrachos. Con el tiempo, Kira comenzó a creer que los Ronin no se atreverían a vengar a su maestro y que estaba a salvo de ellos. El engaño había funcionado y Kira bajó la guardia.

En una reunión secreta, Oishi y los otros Ronin decidieron que había llegado el momento de atacar la mansión y vengar la muerte de su maestro. El momento para atacar era perfecto.

El ataque

Una tranquila noche de invierno se convirtió en venganza.

Un año y medio después de la muerte de Asano, los 47 Ronin se encontraron en Edo en uno de sus escondites, renovaron sus juramentos y se prepararon para atacar la mansión de Kira. La noche del 14 de diciembre de 1702 nevaba en Edo. Todos se pusieron sus armas y armaduras, y encima, llevaban uniformes de bomberos para poder moverse libremente por las calles de Edo.

Armados con espadas, lanzas y arcos, se dividieron en dos grupos para atacar la casa al mismo tiempo. Oishi Kuranosuke guió a un grupo por la puerta principal mientras que Oishi Chikara, su hijo, llevó al segundo grupo a la puerta trasera. El plan consistía en hacer sonar un tambor cuando empezara el ataque y un silbato cuando hayan encontrado a Kira.

Algunos arqueros se colocaron silenciosamente en el techo para evitar que los de la casa pidieran ayuda. Cuando todos estuvieron en su lugar, Oishi hizo sonar el tambor de guerra, marcando el comienzo del ataque. Los Ronin derribaron las puertas con martillos de guerra y entraron en la mansión mientras Kira estaba tomando el té.

Los 47 Ronin se dispesaron por la mansión de Kira, luchando contra más de 120 de sus hombres que, incluso tomados por sorpresa, opusieron una feroz resistencia. La mayoría de los Ronin murieron en el enfrentamiento, muchos terminaron heridos y algunos huyeron de la pelea, incluido el hijo de Kira.

Después de buscarlo por un rato, Oishi revisó la cama de Kira y notó que seguía caliente: Kira no debía estar lejos. Debajo de la cama encontraron un pasadizo secreto al que bajaron algunos hombres, que conducía hasta un depósito en el jardín. Mientras registraban el depósito, fueron atacados por un hombre escondido en un rincón con una cicatriz en la cara. El silbato resonó en la noche: era Kira.  

La muerte de Kira

Los 47 Ronin decapitaron a Lord Kira.

Los Ronin habían logrado desarmar a Kira y lo reconocieron por la cicatriz que le había dejado Asano hacía casi dos años. Considerando el alto rango que tenía, Oishi se arrodilló ante él y le dijo respetuosamente que eran siervos de Asano, que habían venido a vengarlo como a un verdadero samurái y que le permitirían morir cometiendo seppuku, como lo había hecho Lord Asano tiempo atrás. Cuando Oishi le ofreció a Kira la misma daga que Asano usó para suicidarse, Kira se arrodilló, suplicando por su vida y ofreciéndoles dinero para que lo dejaran vivir.

Después de darse cuenta de que Kira no tenía el valor ni el honor para cometer seppuku, Oishi le cortó la cabeza con la daga de Asano. La cabeza de Kira fue envuelta en una tela blanca y colocada en un balde. Aunque algunos Ronin resultaron heridos, marcharon al Templo Sengaku-ji en Edo, donde Lord Asano estaba enterrado.

Ahí, los Ronin limpiaron la cabeza de Kira en un pozo y la pusieron frente a la tumba de Asano y oraron en el templo en homenaje a su señor. Sabiendo lo que les esperaba, le dieron todo el dinero que quedaba del Clan Asano al monje jefe del templo, pidiéndole que los enterrara decentemente después de su muerte.

Completamente preparados para morir por su acción, Oishi envió un mensajero al Edificio del Gobierno de Tokugawa en Edo, informando a los funcionarios de lo que habían hecho los 47 Ronin y diciéndoles que estarían esperando en el Templo Sengaku-ji las órdenes del Shogun.

La sentencia

Los Ronin cometieron seppuku según lo ordenado por el Shogun.

La misma noche del ataque, al entregarse al templo, los Ronin sabían que estaban a merced del Shogun Tsunayoshi Tokugawa y que seguro terminarían muertos. Los Ronin fueron detenidos y tratados con cortesía y respeto debido a su condición de samuráis. El Shogun Tokugawa y su séquito quedaron profundamente impresionados por el espíritu samurái que demostraron los 47 Ronin.

El shogunato estuvo deliberando por casi dos meses: al vengar la muerte de Asano, los Ronin siguieron el Bushido, pero también actuaron en contra de la autoridad y las leyes del propio Shogun, que prohibía la venganza personal.

El 4 de febrero de 1703, los 47 Ronin fueron divididos en cuatro grupos y entregados a cuatro Daimyo diferentes, a quienes se les ordenó supervisar y presenciar sus muertes. Como lo esperaban, los 47 Ronin fueron sentenciados a morir honorablemente cometiendo seppuku, pero no como delincuentes vulgares.

Oishi Kuranosuke y los valientes 47 Ronin cometieron seppuku como les ordenó el Shogun y fueron enterrados uno al lado del otro junto a su maestro, Lord Asano Naganori en el Templo Sengaku-ji en Edo.

Hoy en el templo Sengaku-ji, todavía se pueden ver kimonos, armas, armaduras y tambores bien conservados que fueron utilizados por los 47 Ronin durante el ataque contra la mansión de Kira. También se pueden ver sus lápidas y el famoso pozo de Kubi-Arai (lavado de cabeza) que usaron para limpiar la cabeza de Kira la noche del ataque.

Para los japoneses, las tumbas de los 47 Ronin se convirtieron en un lugar de gran reverencia y oración y son visitadas cada año por miles de admiradores. Los visitantes vienen a prender inciensos sobre sus tumbas y adorarlos como símbolos de lealtad y verdadero espíritu samurái.

La leyenda sigue viva

El espíritu de los 47 Ronin sigue vivo en Japón.

Hoy en día, más de 300 años después de los hechos, Chushingura, la historia de los 47 Ronin, es una de las historias japonesas más famosas. Es una historia que todo japonés conoce, sin importar su edad o nivel educativo.

Durante siglos, la historia de los 47 Ronin se transmitió de generación en generación e ilustra el corazón y el alma de la sociedad japonesa. En su larga y tumultuosa historia, Japón tuvo muchas historias épicas de amor, tragedia y venganza, pero la historia de los 47 Ronin destaca como la favorita.

Esta historia es la expresión más pura del Bushido y representa la esencia del espíritu samurái, demostrando deber, lealtad y el poderoso vínculo que existía entre un siervo y su maestro. Estos valores que encarnan los ideales de los samurái viven en el corazón del pueblo japonés.

El relato de los 47 Ronin de Ako nunca será olvidado, y como dicen algunos japoneses, «Conocer la historia de los 47 Ronin es conocer Japón».

Recomendaciones

Si quieren saber más sobre los 47 Ronin, les quiero sugerir una lista de libros, novelas gráficas y películas ideales sobre este tema.

Libros, mangas y novelas

Películas

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¿Por qué se cree que Hitler escapó a Argentina?

Aunque la historia oficial es que Hitler se suicidó en su búnker en 1945, surgieron teorías conspirativas de que Hitler huyó a Argentina con Eva Braun y fue protegido por el gobierno argentino.

Adolf Hitler se suicidó en 1945, pero ¿qué pasó con su cuerpo?

…Afirma haber ayudado a seis altos funcionarios argentinos a esconder a ADOLPH HITLER cuando llegó en un submarino a Argentina. HITLER informó que se estaba escondiendo al pie de las montañas del sur de los Andes…

Así empieza un memorando en papel membretado del FBI, fechado «21/09/45». El memorando detalla un encuentro que tuvo lugar en Hollywood, California, el 28 de julio de 1945, entre dos hombres. Uno de los cuales, supuestamente, describió haberse encontrado con el propio Adolf Hitler en Argentina unas semanas antes. ¿El problema? Adolf Hitler había muerto casi tres meses antes.

El 30 de abril de 1945, dentro del Führerbunker, Adolf Hitler se suicidó de un tiro en la cabeza. Su esposa de un día, Eva Braun, se unió a él, tomando una cápsula de cianuro. Según la última voluntad y testamento del Führer, los cuerpos fueron sacados por una salida de emergencia y prendidos fuego. Los restos quemados se mantuvieron en un lugar no revelado hasta 1970 cuando fueron incinerados y las cenizas esparcidas.

La historia de la desaparición de Adolf Hitler, el hombre más odiado de la historia, es bien conocida. Pero, ¿es la verdad? Incluso más de 70 años después, el misterio todavía sigue. Recientemente, el rumor estuvo generando teorías de que Hitler y su esposa huyeron de Alemania y buscaron asilo en Argentina, donde vivieron toda su vida bajo la protección de funcionarios argentinos.

Despreciados por la publicación de documentos con membrete aparentemente oficial, los rumores insisten en que el suicidio de la pareja fue falso, que huyeron a Sudamérica y que fueron ayudados por el gobierno de Argentina.

El Fuhrerbunker, donde se cree que Hitler se suicidó el 30 de abril de 1945.

Según un documento, el FBI informó haber visto un submarino viajando por la costa de Argentina, dejando a funcionarios nazis de alto nivel. A partir de ahí, el resto de la información es de segunda mano, contada a agentes del FBI a cambio de asilo político por parte de informantes no identificados.

Un informante afirmó que sabía, de primera mano, que Hitler vivía en Argentina. Afirmó ser uno de los cuatro hombres que vieron el submarino en Argentina, y que no solo había uno, sino dos. Los oficiales nazis habían estado en el primer submarino y Hitler y Eva Braun eran los únicos pasajeros del segundo.

El informante agregó que el gobierno argentino no solo aceptó al Führer sino que lo recibió con los brazos abiertos, otorgándole toda su protección. Él detalló pueblos específicos a los que se había llevado a Hitler y proporcionó detalles físicos creíbles del líder nazi.

A pesar de la credibilidad de este testigo, cuyo nombre fue borrado de todos los documentos oficiales, el FBI nunca siguió las pistas, alimentando los casos de teorías conspirativas. Además, la reacción de los distintos gobiernos a la noticia de la muerte de Hitler exacerbó las afirmaciones de que aún podría estar vivo.

El primer hombre en anunciar la muerte de Hitler fue el hombre que Hitler designó como su sucesor. En otras palabras, un colega nazi que, al anunciar la muerte de Hitler, tenía mucho que ganar: sin él, los Aliados estarían más dispuestos a negociar los términos de rendición y, potencialmente, la liberación de los prisioneros de guerra soviéticos.

Una versión del FBI de cómo podría haber sido Hitler, si hubiera escapado de Alemania y asumido un disfraz.

Además, el cuerpo de Hitler nunca fue visto por ninguna de las fuerzas aliadas antes de ser quemado hasta quedar irreconocible. Stalin había exigido que mostraran el cuerpo y, cuando no fue así, envió tropas al Führerbunker para encontrarlo. El equipo encontró los restos carbonizados de dos cuerpos, que se informó que eran Hitler y Braun, en un pequeño cráter fuera de la salida, aunque Stalin seguía convencido de que no era él. Incluso cuando el presidente de Estados Unidos, Harry Truman, le preguntó si Hitler estaba muerto, Stalin respondió con un rotundo «no».

Aunque dar a conocer la muerte de Hitler ayudó a sofocar el terror que se estaba acumulando en todo el mundo, siguen apareciendo más pruebas que sugieren que las autoridades tardaron más en creer en su muerte de lo que parecía. En 1945, el periódico Stars and Stripes afirmó que el entonces general Eisenhower creía en la posibilidad de que Hitler viviera bajo la protección argentina. Y, el gobierno publicó fotos de Hitler usando varios disfraces, para mostrarle al mundo cómo se vería si realmente hubiera sobrevivido.

Por supuesto, hay mucha información de la que el FBI tiene conocimiento que los excépticos no, y por lo que se sabe, alguien podría haber visto el cuerpo de Hitler de cerca antes de que desapareciera. La versión oficial de los hechos sigue siendo el doble suicidio del 30 de abril, y de la misma forma que hay evidencia de lo contrario, también hay pruebas que lo respaldan. Además, hay varias otras teorías sobre dónde fue Hitler, cada una de ellas cada vez más descabellada.

Aunque la huida de Hitler a Argentina parece el tipo de misterio de tiempos de guerra que se comen los teóricos de la conspiración, el hecho de que el FBI nunca lo investigó por completo lleva a uno a creer que no confiaban plenamente en eso.

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“El último samurái”: la historia que inspiró la película

La película protagonizada por Tom Cruise y Ken Watanabe relata una historia apasionante sobre la última resistencia de los samuráis. Pero la verdadera historia es todavía más impresionante.

¿Qué tan cierta es la película? ¿Quién fue “el último samurái”? ¿Hubo realmente un Tom Cruise usando una katana y peleando del lado de los samuráis? Estas son algunas de las preguntas que vamos a responder.

¿Quiénes eran los samuráis?

Los samuráis existieron durante la era feudal de Japón. Ellos eran el equivalente a los vasallos de Europa – tenían sus feudos y sus propios campesinos y respondían a un daimyō, un señor feudal, al que le debían lealtad y protección. Se especializaban en el arte de la guerra y seguían un estricto código de honor llamado Bushidō, “el camino del guerrero”, y además, eran la única clase social a la que se le permitía llevar armas.

Ilustración de un samurái

Pero las cosas cambiaron para los samuráis cuando el Emperador nombró al daimyō Ieyasu Tokugawa como Shōgun (lit. “comandante del ejército”), una especie de dictador militar que dirigía el país (el Emperador era visto como una figura divina demasiado pura para preocuparse por los asuntos mundanos). 

En el año 1603 comenzó el Perído Edo, llamado así por la ciudad de Edo (la actual Tokio), que vio a la mayoría de los samuráis convertirse en burócratas, recaudando impuestos y manteniendo el orden o quedándose sin hacer nada y haciéndose ricos. Japón estaba en paz, pero su código de honor no era bien visto por Tokugawa y sus autoridades.

Empieza la ruina de los samuráis

Desde el siglo XVII, Japón era un país aislado salvo por algunos países con los que comerciaba, como Holanda, Corea y las islas Ryukyu. También habían desarrollado cierta aversión por los cristianos, que habían intentado convertir a los japoneses. Pero en 1853, el comodoro norteamericano Matthew Perry llegó a la costa de Edo y amenazó con disparar sus cañones si Japón se negaba a comerciar con Estados Unidos. Tokugawa se dio cuenta de que sería inútil oponerse y le hizo caso, y más tarde, otros países occidentales también amenazarían a Japón para que comercien con ellos.

Los países occidentales se beneficiaron mucho de estos acuerdos comerciales, pero Japón no tanto: tenía que soportar imposiciones humillantes, entre ellas, que los extranjeros estaban por encima de la ley del Shōgun, por lo que sólo podían ser juzgados por jueces extranjeros según las leyes extranjeras. Muchos culparon al Shōgun y empezaron a unirse en torno a la figura del Emperador contra los extranjeros y el dócil Tokugawa.

Los samuráis, después de 250 años de inactividad, volvían a desempolvar las espadas y a usar muertes violentas y asesinatos políticos para promover el cambio.

Samurái del dominio de Satsuma.

Los rebeldes marcharon a Kioto en diciembre de 1867, haciendo que el Emperador Meiji anuncie una restauración (la expulsión de todos los extranjeros). Hubo una pequeña guerra civil llamada “Guerra Boshin” (“Guerra del Año del Dragón”, aunque no haya habido ningún dragón), y Yoshinobu Tokugawa, el último Shōgun, renunció.

Emperador Meiji con sus ropas tradicionales.
La Restauración, destinada a expulsar a los extranjeros, irónicamente retrató a su Emperador al estilo militar occidental.

Miles de leales a Tokugawa huyeron a la isla de Hokkaido, donde fundaron la República de Ezo. Después de que el gobierno de Meiji los derrotara en la batalla de Hakodate, la guerra terminó. La Restauración Meiji y la ruina de los samuráis estaban empezando.

¿Qué pasó con los samuráis?

El gobierno de Meiji se había olvidado de su promesa de expulsar a los extranjeros de Japón. No se podía detener el progreso: un reino feudal se estaba convirtiendo en una nación, los dominios en prefecturas y los daimyōs fueron compensados ​​por su pérdida de estatus y tierras con puestos lucrativos.

El dinero destinado a los samuráis equivalía a la mitad de los ingresos anuales de Japón, y el país, que ya tenía un ejército moderno y profesional, no necesitaba a la vieja clase guerrera. Con el tiempo, les fueron sacando sus privilegios, como el derecho a usar la katana, les quitaron su peinado (el Chonmage) y les redujeron sus estipendios. Muchos samuráis pobres terminaron perdiendo su rango.

El Chonmage fue un símbolo de estatus durante el período Edo.

Algunos decidieron buscarse un nuevo lugar en el Japón de Meiji, mientras que otros, inseparables de sus tradiciones, eligieron el camino de la espada por última vez, entre ellos el héroe de nuestra historia: Saigō Takamori.

¿Quién fue el último samurái?

Mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos más cerca.

Sun Tzu

Es irónico que la peor amenaza para el gobierno de Meiji venga de la figura de uno de sus más fieles defensores, el samurái Saigō Takamori. Saigō, que pertenecía al dominio de Satsuma, había sido uno de los líderes militares centrales del nuevo Ejército Imperial durante la “Guerra Boshin”, pero había renunciado en 1873 después de que Japón decidiera rechazar su propuesta de invadir Corea, así que volvió a su Kagoshima natal, en Kyushu (antiguo dominio de Satsuma).

Saigō Takamori.

En Kagoshima sobre todo, el descontento con el nuevo gobierno era fuerte, hasta el punto que bloqueó los intentos del gobierno de recaudar impuestos y rechazó su autoridad. Muchos samuráis que no habían estado haciendo nada durante 250 años, se dieron cuenta de que seguían sin hacer nada, y tampoco les estaban pagando, igual que antes, así que Saigō reunió a varios de ellos y fundó una escuela militar. Él no estaba de acuerdo con la modernización de Japón y el papel de los extranjeros, pero conocía la importancia de un ejército moderno.

El final de los samuráis

Viendo que se acercaba una rebelión, el gobierno envió un buque de guerra para confiscar el arsenal de Kagoshima el 30 de enero de 1877, pero los estudiantes de la academia militar llegaron antes el arsenal y se llevaron las armas. La tensión aumentó en Kyushu, y Saigō Takamori decidió que tenía que volver a verse con sus viejos compañeros del gobierno… acompañado de 15.000 samuráis indignados y desocupados.

Marchó al norte de Kyushu, planeando derrocar al gobierno, sacar las malas influencias de la corte imperial y restaurar los privilegios de los samuráis. A pesar de todo, su ejército -reforzado con 40.000 hombres- no pudo tomar el castillo de Kumamoto, y las fuerzas imperiales que reforzaban la guarnición sitiada repelieron a Saigō.

Castillo de Kumamoto. Los refuerzos imperiales impidieron que los samuráis rebeldes lo tomaran.

Después de varios meses, Saigō y sus últimos 500 samuráis fueron acorralados en la colina de Shiroyama, cerca de Kagoshima. Rodeados por 30.000 soldados imperiales, zanjas y bajo fuego intenso, los rebeldes de Satsuma contraatacaron ferozmente. Usaron todas sus municiones (porque los samuráis también usaban armas de fuego) y tuvieron que recurrir a las espadas, logrando mantener a raya a las tropas imperialistas. Pero en mitad de la batalla, Saigō recibió un disparo mortal en la arteria femoral, y el samurái Beppu Shinsuke lo llevó cuesta arriba. 

Según la leyenda, Saigō le pidió a Beppu que lo decapitara para poder conservar su honor purgando la vergüenza de la derrota con su vida – como un verdadero samurái. Beppu obedeció, y luego, él y los 40 samuráis que sobrevivieron, levantaron sus espadas y atacaron cuesta abajo hasta su fin, el fin de los samuráis.

Representación artística de Saigō usando ropa occidental y sentado en el medio.

El último samurái, basada en una historia real

Saigō se convirtió en un ejemplo de las virtudes de la clase guerrera que alguna vez gobernó Japón, y el gobierno lo indultó póstumamente en 1889. Incluso levantaron una estatua de él paseando a su perro como cuando hacía en sus ratos libres en los que no luchaba contra extranjeros abusivos o enemigos de los samuráis.

Estatua de Saigō Takamori en el parque Ueno. 
Tokio

La película “El último samurái”, con Tom Cruise y Ken Watanabe, que retrató eventos ficticios inspirados en la Restauración Meiji y la Rebelión Satsuma, se inspiró principalmente en la última resistencia de Saigō. También existen varios relatos verdaderos de occidentales que se convirtieron en samuráis, como Jules Brunet, un asesor militar francés del Shogunato que tuvo un papel importante en la defensa de la República Ezo pro-shogun. O su compatriota, Eugène Collache, que aparecía llevando la ropa tradicional de samurái y las espadas.

Jules Brunet era el segundo al mando del Ejército de la República de Ezo.
Eugène Collache fue un oficial de la Armada francesa que se unió a Brunet y a los partidarios del Shogun.

Los samuráis fueron idealizados como modelos de virtudes tradicionales, como la paciencia, la disciplina, la habilidad y el honor. Pero los samuráis reales eran una clase privilegiada, que recibía ingresos públicos escandalosos mientras que daban poco a cambio. El nuevo Ejército Imperial, reclutado principalmente por campesinos, había aplastado a los samuráis en la batalla de Shiroyama y los había extinguido para siempre.

Pero esos valores de disciplina, valentía y honor, que pueden verse reflejados por los samuráis o no, siguen muy latentes en Japón y le dan a su gente un modelo a seguir. Gracias al ejemplo de Saigō Takamori, el último samurái.

La muerte de Katsumoto en «El último samurái» está basada en el final de Saigō Takamori.

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La verdadera Espada en la Piedra y su dueño

Junto con la espada, también podemos encontrar las manos momificadas de un ladrón que intentó robar la espada.

La verdadera espada en la piedra de Galgano Guidotti.

¿Alguna vez soñaste con convertirte en el Rey Arturo y sacar una verdadera Excalibur de la piedra? Ésta puede ser tu oportunidad… aunque podría costarte las manos. En las afueras de Siena, Italia, hay una espada de 900 años enterrada en roca sólida. Sin embargo, un rey mítico nunca tocó el agarre de esta espada, que le pertenecía a San Galgano Guidotti.

Nacido en 1148 como hijo de un señor feudal analfabeto, Guidotti se convertiría en un caballero rico. Aunque era experto en el arte de la guerra, también era bastante arrogante, violento y le preocupaban los placeres mundanos. Después, algo cambió dentro suyo: se dice que el noble rico tuvo visiones del Arcángel Miguel, el santo guerrero. En una de ellas, supuestamente lo llevó hacia los Doce Apóstoles en la colina de lo que ahora se conoce como Rotonda di Montesiepi.

En esa colina, Miguel le sugirió que Guidotti que debía renunciar a su vida de riqueza y dedicar su existencia a Dios. Guidotti se rió del pedido del Arcángel y le dijo que esa tarea sería tan difícil como partir una piedra. Para demostrar lo que quería decir, el caballero hundió su espada en una roca y, para su sorpresa, la atravesó.

Algún tiempo después, mientras andaba a caballo, se dirigió a una colina muy parecida a la que había visto en ese sueño y, quedando impresionado por la vista, decidió plantar una cruz. Como no tenía una cruz o madera a mano, desenvainó su espada y la hundió en una piedra, donde sigue hasta el día de hoy.

La Capilla de Montesiepi fue construida sobre la “verdadera espada en la piedra” cerca de la abadía de San Galgano.

Después de su muerte un año después, en 1185, el papa Lucio III lo declararía santo y se construiría la Capilla de Montesiepi alrededor de la legendaria “espada en la piedra”.

A lo largo de los años, muchos intentaron jugar al Rey Arturo y sacar la espada, pero nadie pudo. Es más, para demostrarlo, en la capilla se exhiben las manos momificadas de un desdichado ladrón, que se dice que era un asesino enviado por el mismo diablo y que fue comido por lobos que eran amigos de Guidotti.

Se puede creer que la espada haya sido plantada por la iglesia como una atracción turística. En ese caso, habría que felicitar a la iglesia por una de las trampas para turistas más antiguas de la historia.

Las manos momificadas de la Capilla de Montesiepi.

Algunas pruebas recientes sobre el estilo y el metal de la espada descubrieron que es consistente con finales del 1100 a principios del 1200. Estas mismas pruebas incluyeron un análisis por radar de una cavidad bajo la piedra, que se cree que es un receso de entierro, que tal vez contenga el cuerpo del caballero.

Las manos momificadas también fueron probadas y datan del siglo XII. Así que, aunque no se pueda verificar toda la leyenda de la espada en la piedra, podemos decir con toda certeza que la historia coincide con la línea de tiempo de San Galgano Guidotti.

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Ned Kelly, el criminal de la armadura

La represalia de la policía y la desigualdad que vieron como defensa hizo que muchos en Australia se identificaran con Ned Kelly.

En su armadura, Ned Kelly se enfrenta por útlima vez a la policía.

El 28 de junio de 1880, la policía pensó que había atrapado al forajido Ned Kelly: estaba encerrado en un hotel en el pueblo de Glenrowan, y aunque tenía rehenes, estaba totalmente rodeado. Pero Ned tenía un truco más bajo la manga, y aunque no lo salvaría de la ley, le permitió escapar. Kelly había robado varias rejas de arado de hierro y las había transformado en una armadura improvisada en su última resistencia.

En las primeras horas de la mañana, envuelto en la niebla, Kelly salió del hotel para flanquear a la policía y, armado solo con una pistola, salió del bosque y empezó a dispararles. El diario australiano The Age informó que “le daban muchos disparos, pero siempre se recuperaba, y golpeándose el pecho se reía burlonamente, mientras devolvía el fuego con frialdad”.

Los policías que presenciaron la escena pensaron que estaban viendo una aparición, una manifestación del diablo o el Bunyip, una criatura mitológica del folclore australiano. Al final, la policía pudo encontrar su debilidad y le disparó en las piernas que estaban desprotegidas, pero no antes de que lograra volarle el casco de la cabeza al oficial al mando.

La historia de Ned Kelly puede ser de conocimiento común para la mayoría de los australianos, pero para los del resto del mundo, la historia del llamado Robin Hood australiano es bastante desconocida.

La familia de Ned Kelly llegó a Australia de la misma manera que muchos inmigrantes terminaron en el continente en esa época. Su padre fue enviado a una colonia penitenciaria en Australia en 1842 después de ser declarado culpable de robar dos cerdos en Irlanda. Después de que lo liberaran, el padre de Kelly se estableció en el estado de Victoria y se casó con la hija de su empleador. Ned Kelly fue el tercer hijo de esta unión.

Los Kelly eran una familia selectora, es decir, que habían viajado a Victoria para reclamar la tierra que les había dado la Corona. Pero en la década de 1850, gran parte de las extensiones de tierra de muchas partes de Australia ya habían sido reclamadas por ocupantes ilegales, colonos que habían llegado a la tierra antes y habían logrado grandes ganancias de la tierra que reclamaban.

El conflicto entre estos dos grupos definiría gran parte de los problemas sociales de Australia en las décadas siguientes. En Victoria, la familia Kelly fue fuertemente atacada por la policía debido al pasado del padre de Ned, así como su condición de selectores.

El padre de Ned Kelly recibió seis meses de trabajos forzados en 1866 por posesión ilegal de una piel de buey y murió por la bebida poco después de ser liberado. Después de la muerte de su padre, Kelly se convirtió en el sostén de su familia y rápidamente recurrió a una vida criminal para apoyarlos. Empezó una campaña de robos, lo que enfureció a las fuerzas del orden público porque no pudieron condenarlo por sus crímenes.

Una foto de Ned Kelly cuando tenía 15 años.

Cuando Ned Kelly tenía 16 años, se convirtió en cómplice de Harry Power, un “bushranger” y forajido ya infame del bush australiano. Bajo la tutela de Power, Kelly aprendió a ser un “bushranger” consumado. Sin embargo, al final fue arrestado con Powers y cumplió una sentencia corta en prisión. Cuando Kelly fue liberado, volvió a su vida de crimen.

Tuvo que escapar a las colinas alrededor de su granja después de que él y su hermano mataran a un policía que había venido a su casa a detenerlos por robo de caballos. Mientras los hermanos se escondían en el bush, la policía buscó a los criminales pero no pudieron encontrarlos porque conocían mejor la región.

Tres policías fueron emboscados por los hermanos mientras los buscaban en el denso bosque. Cuando uno de los policías sacó el arma, Kelly lo mató. Los hermanos tomaron como rehén a otro policía y se encontraron con otros dos, que mataron cuando decidieron no entregarse. Sin embargo, su rehén agarró el caballo de sus compañeros caídos y pudo escapar de los hermanos.

El Ataque de Stringybark.

Mientras estaban en el monte, los hermanos se unieron a dos amigos, Joe Byrne y Steve Hart, y los cuatro formaron una banda criminal, más tarde conocida como la Banda Kelly. Con la banda reunida, los cuatro empezaron a robar bancos e incluso asaltaron una comisaría. La policía tomó represalias, ofreciendo una recompensa de £ 8,000 por la banda y deteniendo a 23 de sus amigos y simpatizantes sin causa. La represalia de la policía y la actitud general hacia ellos en ese momento hizo que muchos australianos se identificaran con Ned Kelly.

Gran parte de la población veía a la policía como matones que protegían la llamada “Squattocracia” de los ocupantes ilegales y discriminaban a los selectores pobres. Esto fue promovido en 1879 cuando Ned Kelly publicó la “Carta de Jerilderie”, un documento de 56 páginas donde justificaba sus acciones e comparaba su lucha con la de los oprimidos, como los católicos irlandeses y los pobres de Victoria.

La última batalla de Ned Kelly.

Gracias a este documento, Kelly se ganó un lugar como héroe popular, pero no ganaría su estatus mítico hasta su enfrentamiento final el año siguiente. En 1880, Kelly seguía huyendo y había matado hace poco a un hombre porque sospechaba que le informaba a la policía sobre él. Después de este último asesinato, estaba seguro de que enviarían refuerzos en tren para aprehenderlo.

Anticipándose, Kelly y su banda tomaron por la fuerza al pueblo de Glenrowan y obligaron a los trabajadores del ferrocarril local a destruir las vías cerca del pueblo. La banda retuvo a los 62 habitantes de Glenrowan como rehenes en un hotel, donde dejaron que sus cautivos bebieran y jugaran. Sin embargo, uno de los rehenes alertó a la policía, que descendió a la ciudad y rodeó el hotel.

La armadura de Ned Kelly exhibida en la Biblioteca Estatal de Victoria. El casco, el peto, la placa posterior y las placas de los hombros suman en total 18 agujeros de bala. También se exhiben el rifle Snider Enfield de Kelly y una de sus botas.

Aunque la banda estaba rodeada, Kelly tenía un último truco bajo la manga: una armadura de metal capaz de desviar balas. En la mañana del 28 de junio de 1880, Kelly se puso su armadura y, en la niebla de la mañana, se coló detrás de la policía. Después apareció atrás de ellos y empezó a disparar con dos pistolas.

Se movía con calma, cubriéndose de árbol en árbol mientras las balas rebotaban en su blindaje. Hirió a varios policías antes de que uno notara que sus piernas no estaban protegidas por la armadura. Le dispararon en las piernas y la ingle hasta que cayó al suelo, incapaz de moverse.

Ned Kelly el día antes de su ejecución.

Después, los policías atacaron al hotel para capturar o matar a los otros miembros de la Banda Kelly a pesar de la presencia de rehenes que todavía están en el edificio. Durante el fuego cruzado, la policía le disparó a varios civiles, hirió a otros y mató a dos, uno de los cuales era un niño de once años. Los demás miembros de la banda murieron en la redada, y Ned Kelly fue juzgado y ahorcado cuatro meses después.

Aunque fue asesinado, Ned Kelly se convirtió en un héroe popular para muchos de los granjeros rurales oprimidos de Australia, que tenían pocos derechos a la tierra y vivían en la pobreza.

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El verdadero nombre de Jesús perdido en las traducciones

El verdadero nombre de Jesús, Yeshua, evolucionó a lo largo de milenos por malas traducciones.

La transliteración griega del nombre real de Jesús, “Iēsous”, y la versión bíblica hebrea “Yeshua”.

Más allá de la creencia religiosa, el nombre “Jesús” es casi universalmente reconocible. Sin embargo, podría sorprender que el nombre que millones de cristianos de todo el mundo imploren que no sea usado en vano no sea “Jesús”.

Aunque esto puede sonar controvertido, en el fondo es más un problema de traducción.

¿Cuál era el verdadero nombre de Jesús?

Por supuesto, ni el español ni el inglés existían en su forma moderna cuando el verdadero Jesús vivía, o por ende, cuando se escribió el Nuevo Testamento.

Jesús y sus seguidores eran todos judíos, por lo que tenían nombres hebreos, aunque probablemente habrían hablado arameo. El sonido de la “J” usado para pronunciar el nombre de Jesús no existe en hebreo o arameo, lo cual es una fuerte evidencia de que quienes conocieron a Jesús lo llamaban con otro nombre.

La mayoría de los expertos creen que el nombre del Mesías cristiano en realidad era “Yeshua”, un nombre judío bastante común en la época en que Jesús vivía. Los arqueólogos encontraron ese nombre tallado en 71 cuevas funerarias en Israel, que datan de la época en que el Jesús histórico habría estado vivo. Esto lleva a la pregunta de por qué, si evidentemente había tantos hombres llamados “Yeshua” rondando en ese momento, el nombre “Jesús” sería tan único.

Perdido en la traducción

La versión King James de la Biblia escribía el nombre con “I” en lugar de con “J”.

Como no todos los idiomas tienen los mismos sonidos, las personas históricamente adaptaron sus nombres para poder pronunciarlos en varios idiomas. Incluso en los idiomas modernos, hay diferencias en la pronunciación de Jesús. En español, el nombre se pronuncia con una “G” larga mientras que en inglés, aunque se escriba igual, el nombre se pronuncia parecido a lo que sería una “ch” en español.

Es justamente este tipo de transliteración lo que evolucionó a “Yeshua” en el moderno “Jesús”. El Nuevo Testamento se escribió originalmente en griego, que no solo usa un alfabeto totalmente diferente al hebreo sino que también no tiene el sonido “sh” que se encuentra en “Yeshua”.

Los autores del Nuevo Testamento decidieron usar el sonido griego “s” en lugar de la “sh” en Yeshua y luego agregaron una “s” al final del nombre para hacerlo masculino en ese idioma. Cuando la Biblia fue traducida del griego original al latín, los traductores escribieron el nombre como “Iesus”.

Crucifijo alemán que representa el cartel de “rey de los judíos” en hebreo, griego y latín.

En Juan 19:20, el discípulo escribe que los romanos clavaron en la cruz de Jesús un cartel que decía “el rey de los judíos” y que “estaba escrito en hebreo, griego y latín”. Esta inscripción fue una parte estándar de las representaciones de la crucifixión en el cristianismo occidental durante siglos como “INRI”, una abreviatura del latín Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum o “Jesús de Nazareth, rey de los judíos”.

Como el latín era el idioma preferido de la Iglesia Católica, la versión latina de “Yeshua” era el nombre de Cristo en toda Europa. Incluso la publicación de 1611 de la versión King James de la Biblia lo escribía como “Iesus”.

Cómo Yeshua se convirtió en Jesús

Es difícil precisar exactamente de dónde vino la escritura “Jesús”, aunque algunos historiadores especulan que esa versión del nombre se originó en Suiza.

En suizo, la “J” se pronuncia más como una “i” larga en español, o el “Ie” en latín de “Iesus”. Cuando la Reina Católica, María I, tomó el trono de Inglaterra en 1553, muchos eruditos protestantes ingleses huyeron y la mayoría se refugió en Ginebra. Ahí fue donde un equipo de algunas de las mentes inglesas más brillantes de esa época produjeron la Biblia de Ginebra que usaba la escritura suiza “Jesus” o como lo escribimos nosotros, “Jesús”.


La Biblia de Ginebra ayudó a lograr la popularización de la escritura “Jesus” o “Jesús”.

La Biblia de Ginebra fue una traducción muy popular y fue la versión de la Biblia citada por Shakespeare y Milton. Al final, fue traída al Nuevo Mundo en el Mayflower. Para 1769, la mayoría de las traducciones de la Biblia usaban la escritura “Jesús”, popularizada por la Biblia de Ginebra.

En resumen, el nombre utilizado hoy por el mundo cristiano es una adaptación al español y al inglés de una transliteración alemana de una transliteración latina de una transliteración griega de un nombre originalmente hebreo.

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